La anticoncepción hormonal  la podemos aplicar de diversas formas. Existen anticonceptivos orales  (pastillas o píldoras), anticonceptivos inyectables, implantes, el anillo  anticonceptivo vaginal y los parches.
                                
                                  - Los  anticonceptivos orales (las píldoras): Este método anticonceptivo es altamente  eficaz y tiene por finalidad la inhibición de la ovulación. Existen los que  tienen una combinación de estrógenos y progestágenos y los que sólo tienen es  su composición progestágenos (libres de estrógeno, tan ligeras que son las que  se indican durante la lactancia). Lo que se busca en la actualidad es usar la menor  cantidad posible de hormonas para evitar los efectos secundarios, sin dejar de  garantizar la eficacia anticonceptiva. Las píldoras deben ser  recetadas por el médico y resultan un método altamente efectivo siempre que  recordemos tomarla sistemáticamente todos los días. Los efectos secundarios que  producen son mareos, ciclos menstruales irregulares, náuseas, cambios en el  estado de ánimo y aumento de peso. 
                                  
                                  - Anticoncepción  de urgencia o método hormonal de uso ocasional. (Píldora del día después): Este anticonceptivo se  basa en la administración de un producto hormonal que bloquea temporalmente la  producción de óvulos, detiene la fertilización o impide que el óvulo  fertilizado se implante en el útero. 
                                
                                  Aunque se conoce también como "la píldora del  día después", el término no es muy correcto porque en realidad hay que  tomarla inmediatamente después de tener relaciones sexuales, lo más pronto  posible antes de que trascurran las 72 horas. A este método se recurre cuando  los otros han fallado.
                                
                                
                                  - Anticonceptivo  subdérmico o implantes hormonales: Los implantes son pequeñas barritas que el médico nos  la coloca quirúrgicamente (con anestesia local) debajo de la piel, por lo  general en el brazo. Estos tubitos o cápsulas liberan una dosis continua de  progestágeno con la finalidad de impedir la ovulación. 
                                
                                  Es un método discreto, confiable y eficaz. No se les  recomienda a las mujeres que tienen enfermedades hepáticas, cáncer de mama o  problemas de coagulación y los efectos secundarios que pueden manifestarse son  dolores de cabeza, vómitos, mareos, trastornos menstruales y aumento de peso.
                                
                                
                                  - Anillo  vaginal: Es un método innovador que consiste en un anillo transparente, suave y flexible  que nos lo introducimos en la vagina y va liberando diariamente una dosis baja  de hormona que previene la ovulación e impide que se produzca la fecundación.
                                
                                  Lo colocamos durante los primeros días de la  menstruación y comienza a ser efectivo después del día 7. Se deja por 3 semanas  y se descansa la última. Sólo se utiliza una vez y después de retirado tenemos  que buscar uno nuevo para el próximo mes. Algunos antecedentes de problemas de  salud limitan su uso, por lo que es necesario que consultemos previamente con  un médico. Pueden presentarse dolores de cabeza, náuseas, dolores abdominales,  aumento de peso, irritación vaginal entre otras molestias.
                                
                                
                                  - Inyección  hormonal: Es una combinación hormonal similar a la píldora, pero en una dosis mayor, que  debe ser prescrita por un médico. La dosis se aplica cada 3 meses, bloqueando  la ovulación. Los efectos secundarios son los mismos que producen las píldoras,  aunque el retorno a la fertilidad es más lento.
                                  
                                  - Parches anticonceptivos: Consiste en un parche que podemos adquirir con prescripción médica y que  colocamos sobre la piel. A través de ella las hormonas pasan a la sangre,  provocando un efecto similar al de la píldora. Durante el ciclo se colocan 3  parches, uno por semana, comenzando el primer día de la menstruación. Con este  parche podemos hacer una vida normal, bañarnos en la playa o en la piscina y  las posibilidades de que se desprenda son muy pocas, aunque si ocurre podremos  volver a colocarlo o intentarlo con uno nuevo, si no han pasado más de 48  horas. Si transcurre más de ese tiempo es preferible usar otro método  anticonceptivo hasta que llegue la próxima semana.