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El día de nuestra boda queremos que todo sea perfecto, incluyéndonos a nosotras. ¡Queremos definitivamente estar bellas!. Lo ideal es ponernos en manos de expertos. El cuidado de la piel debe comenzar desde varios meses antes del gran día.
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Como la iglesia no admite divorcio, si estamos realizando una segunda boda es porque a alguno de los contrayentes se le otorgó la Nulidad del Matrimonio anterior o es viudo o viuda. La ceremonia en estos casos es exactamente la misma.
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Esto nos otorga más libertad para tomar todo tipo de decisiones. Podremos irnos todos a la playa y hacer una celebración bien informal o cualquier otra cosa que nos dé ilusión, aunque quizás escandalice a unos padres tradicionales.
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Si la boda no se realiza en la parroquia que le corresponde a la novia. Si uno de los contrayentes no es católico. Si se trata de un extranjero. Si la boda la va a realizar un sacerdote que no sea el párroco del lugar.