LO ESENCIAL - LAS FINANZAS

¿Cómo pagar las cuentas del nuevo hogar?




Desde antes del matrimonio debemos hablar sobre cómo vamos a pagar las cuentas de nuestro nuevo hogar. Juntos comenzaremos a elaborar nuestros primeros presupuestos y a la hora de calcularlo debemos contemplar cinco aspectos: los gastos fijos, los gastos de ocio o diversión, los gastos personales de cada cual separadamente, los gastos varios (ésta es una partida que nos va a permitir estar preparados para cualquier eventualidad) y los ahorros.


Al considerar cómo vamos a pagar las cuentas fijas de la casa, como el alquiler, la luz, el teléfono, el cable, el mantenimiento, el servicio, las compras de comida; podemos decidir abrir una cuenta mancomunada en la que los depósitos los hagamos proporcionalmente a los ingresos de cada cual. Otra forma es que nos dividamos el pago de las cuentas entre los dos, en proporción a los ingresos de cada uno.


Muchas parejas acostumbran a unir sus ingresos y uno de los dos se encarga de hacer los pagos de la familia. Sin embargo, aunque es bueno que el dinero se una, mantener algo de separación no está de más. Por ejemplo, al conservar nuestras cuentas corrientes separadas, aparte de una cuenta conjunta, ninguno de los dos nos sentiremos obligados a explicar con sumo detalle cada peso que gastemos. Un poco de autonomía en la pareja es importante, sobre todo si sólo uno de los miembros trabaja. Es bueno evitar “las peleas de poder” en donde cada cual saca a relucir lo que aporta y gasta.


Muchas parejas, desde el mismo momento del compromiso, abren su cuenta mancomunada y comienzan a ahorrar, primero para los gastos de la boda, y después para objetivos específicos de la familia recién constituida.


Es muy importante que antes del matrimonio, definamos y unifiquemos criterios sobre cómo y cuánto ahorraremos en el futuro. Lo recomendable es que siempre que tengamos la capacidad, ahorremos al menos el 10% de los ingresos. Esto nos podrá servir en el futuro para comprar la casa, un vehículo, muebles, electrodomésticos, para viajar o simplemente para estar más tranquilos.

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