RECEPCION

¿Qué tengo que tener en cuenta para distribuir las mesas?




La idea de una mesa alargada donde todos se sientan alrededor de ella sólo es factible en una recepción muy familiar e íntima donde participan no más de treinta personas.


Lo más generalizado es que en el salón se ubiquen mesas individuales, redondas o cuadradas, para seis, ocho o diez personas. La colocación de las mesas se realiza a partir de una mesa principal en la que se sentarán los novios y sus padres, pudiéndose incluir a los abuelos. Si el celebrante de la boda asiste a la recepción, se le coloca al lado del padre de la novia.


Si nuestros padres están divorciados y no hay buenas relaciones entre ellos o si se da el caso que cada uno asiste con su nueva pareja, es posible que no quieran compartir la misma mesa. Lo más apropiado en estos casos es que en la mesa principal se sienten los recién casados con los hermanos o con los mejores amigos o con las damas y los caballeros y a ambos lados se sitúen dos mesas para sentar separadamente a los padres y evitar que ellos puedan sentirse incómodos. En estas situaciones los novios debemos encargarnos de compartir un rato con cada uno indistintamente sin manifestar preferencias.


A medida que vayan llegando los invitados al lugar de la recepción se les ofrecerá una bebida y pasarán a compartir con el resto de los invitados. Aunque podemos optar por dejar que cada quien se siente donde quiera, es más aconsejable que distribuyamos las mesas según afinidad de los invitados, agrupando a los conocidos, a las familias, a los solteros, a los más jóvenes y a los que tienen intereses comunes.


Las mesas más próximas a la principal serán destinadas a los familiares más cercanos. Después se ubican los amigos y las más alejadas se reservan para los relacionados de trabajo. La etiqueta establece que las mesas deben colocarse de tal manera que cuando todos estén sentados puedan ver a los recién casados sin darles la espalda, lo que si hay muchos invitados es casi imposible lograr.


A pesar de estas sugerencias, la mayoría de las parejas tenemos en cuenta otras cosas a la hora de determinar la posición de las mesas, por ejemplo los jóvenes, que harán más ruido y querrán bailar más, los colocamos más cerca de la pista de baile y de los músicos, mientras que las personas mayores que les puede molestar el ruido intenso de las bocinas los sentamos en las mesas alejadas de éstas. Si hay niños invitados y son muy pequeños los colocamos junto a sus padres, pero si hay varios mayores de 10 años, entonces es preferible que los ubiquemos en una mesa para ellos y encarguemos a un adulto que los vigile discretamente.


Para hacerle saber a los invitados en qué mesa se sentarán tendremos que auxiliarnos de las damas o de esas primitas jóvenes siempre dispuestas a colaborar, aunque algunos establecimientos tienen un personal que se encarga de esta tarea. A ellos les entregaremos una lista con los nombres y la ubicación. Para hacerlo más divertido en vez de asignarle números a las mesas podemos ponerle nombres de flores, de colores o de formas. Después de hacerle saber a cada quien cuál es su mesa, dejemos que la propia dinámica haga lo suyo.


Lo principal es que todos nuestros invitados se sientan bien y a gusto durante la fiesta.



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