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En los tiempos actuales, la cocina y el comedor se han convertido en los lugares donde la pareja pasa mucho tiempo. Cuando nos llegan los invitados y estamos preparando algo de comer estaremos todos conversando y compartiendo alrededor de esta área.
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Desde el mismo momento en que comenzamos a organizar la boda tenemos que precisar cómo queremos que sea la recepción. En la mayoría de los casos, el presupuesto con el que contamos es lo que determina nuestra decisión final.
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Las normas de cortesía dictan que se puede agradecer por un presente recibido ya sea personalmente o con una simple llamada. Sin embargo, se ha establecido la costumbre de que enviemos una tarjeta de agradecimiento a todos los que nos hicieron un regalo.
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Si la boda no se realiza en la parroquia que le corresponde a la novia. Si uno de los contrayentes no es católico. Si se trata de un extranjero. Si la boda la va a realizar un sacerdote que no sea el párroco del lugar.